En realidad estas minivacaciones han sido fruto más del "maravilloso" verano que estamos sufriendo en el norte y no ha quedado más remedio que ir a buscar el sol a algún sitio decente donde el verano sea verano.
Así que nos hemos ido a Sierra Natura, hacía un par de años que no nos arrimabamos debido a que la piel de Nerea no tolera bien las aguas tan duras de la piscina de allí, y con un rato en el agua le salen en el brazo unos ronchones que asustan (bueno, los que nos enseño el médico sobre este tema SI que asustan, lo de Nerea casi no es nada).
Allí nos hemos encontrado con buenos amigos a los que queríamos ver desde hace tiempo, a Fernando y su hijo Yue, a Juanjo y a Carmen, a Paulo y Rui, a Laurindo, Maria y familia, y un largo etc. y no pongo ya más que si no esto sería pesadito de leer.
La verdad es que he estado un poco decepcionado con Sierra Natura, ya no es ese proyecto de futuro, ya es el negocio en marcha y sigue teniendo los defectos que al principio se perdonaban, aun así están haciendo un gran esfuerzo por mejorar.
Aun así no os creais que es un mal sitio, para mi sigue siendo el paraiso, en junio estuvimos en el Hotel Vera Playa Club, un hotel nudista de 4 estrellas y que hace honor a sus estrellas, pero aun así, en esa zona de acampada en medio de la Sierra de Enguera casi sin servicios sigue siendo como nuestra casa.
También estuvimos en Valencia para ir a ver exclusivamente el museo de la ciencia en ese impresionante edificio del Calatrava.
Muy bonito, las cosas que tiene dentro no están mal, pero, y esa es mi opinión personal, me ha gustado mucho más el de Donostia, es mucho más participativo, pero esto lo dejo para comentarlo en otro momento.
Y después de 9 días de calentar los huesos al sol, hemos retornado al triste invierno de Siberia-Gasteiz, en fins, que le vamos ha hacer.