Dos cifras, una mínima estimada en 15.289 y una máxima estimada en 17.503, entre ambas se sitúan, más o menos al día de hoy, el precio que han tenido que pagar, en vidas inocentes, los irakies por unas inexistentes armas de destrucción masiva.

Puede que, por órdenes del imperio, sus medios de comunicación se callen y dejen pasar la noticia de que al final han admitido que no había dichas armas y que todo fue una excusa para robar a otro país, pero dicha noticia no está pasando desapercibida por esto de los blogs.