Permíteme presentarme. Mi nombre, o como los supuestos "doctores" me llaman, es Anorexia. Anorexia Nerviosa es mi nombre completo, pero tu puedes llamarme Ana.
Con esperanzas podemos hacernos grandes compañeras. De ahora en adelante voy a invertir mucho tiempo en tí y espero lo mismo de tu parte.
En el pasado escuchaste a los profesores y a tus padres hablar de tí. Eres "tan madura", "inteligente" y posees "tanto potencial" ¿Dondé tienes todo eso, puedo preguntar? ¡Absolutamente en ninguna parte! ¡No eres perfecta, no tienes fuerza de voluntad y encima gastas tu tiempo en el pensamiento, en la conversación con amigos, en el dibujo...! No vas a permitir tales actos de indulgencia en el futuro.
Tus amigos no te entienden. Ellos no son realistas. Cuando la inseguridad silenciosamente roía de distancia tu mente y entonces les preguntaste: "¿Ves la grasa?" y ellos contestaron: "¡No, no veo nada!", tu sabías que ellos estaban mintiendo, sólo yo te digo la verdad.
¡Tus padres! ni siquiera entraremos en ese tema, sabes que ellos te aman y quieren cuidarte, pero no dejes que te obliguen a hacer otra cosa. Te voy a decir un secreto: profundamente, muy dentro, ellos están decepcionados contigo. Su hija, con tanto potencial, se ha convertido en una gorda, una chica vaga e indigna.
Pero estoy a punto de cambiar todo eso. Espero mucho de tu parte. No voy a permitirte comer mucho. Esto va a empezar despacio: leerás las etiquetas de nutrición, disminuirás la entrada de grasas, la comida basura, los alimentos fritos, etc. Un ratito de ejercicio, será simple: alguna carrera, quizás unas
sentadillas y algunos abdominales. Nada demasiado serio. Quizá pierdas algunos kilos y elimines un poco de gordura de tu panza. Pero no será bastante cuando yo diga que no es suficiente.
Voy a esperar que bajes el consumo de calorías y aumentes el ejercicio físico. Te voy a empujar al límite ¡Tienes que aceptarlo porque no puedes desafiarme! Comienzo a incrustarme en ti. Dentro de poco estaré contigo para siempre.
Estoy ahí cuando te despiertas y corres hacia la balanza. Los números se hacen tanto amigos como enemigos y los pensamientos frenéticos rezan para que estos números sean más bajos que ayer, que anoche, etc. Miras y examinas el espejo con consternación. Pellizcas y empujas la grasa que está ahí y viene la risa cuando encuentras por casualidad un hueso. Estoy ahí cuando calculas el plan durante el día: 400 calorías, ejercicio 2 horas. Yo soy quién calcula eso, porque ahora mis pensamientos y los tuyos se mezclan, juntos son uno. Te sigo a todos lados, todo el día...
Con esperanzas podemos hacernos grandes compañeras. De ahora en adelante voy a invertir mucho tiempo en tí y espero lo mismo de tu parte.
En el pasado escuchaste a los profesores y a tus padres hablar de tí. Eres "tan madura", "inteligente" y posees "tanto potencial" ¿Dondé tienes todo eso, puedo preguntar? ¡Absolutamente en ninguna parte! ¡No eres perfecta, no tienes fuerza de voluntad y encima gastas tu tiempo en el pensamiento, en la conversación con amigos, en el dibujo...! No vas a permitir tales actos de indulgencia en el futuro.
Tus amigos no te entienden. Ellos no son realistas. Cuando la inseguridad silenciosamente roía de distancia tu mente y entonces les preguntaste: "¿Ves la grasa?" y ellos contestaron: "¡No, no veo nada!", tu sabías que ellos estaban mintiendo, sólo yo te digo la verdad.
¡Tus padres! ni siquiera entraremos en ese tema, sabes que ellos te aman y quieren cuidarte, pero no dejes que te obliguen a hacer otra cosa. Te voy a decir un secreto: profundamente, muy dentro, ellos están decepcionados contigo. Su hija, con tanto potencial, se ha convertido en una gorda, una chica vaga e indigna.
Pero estoy a punto de cambiar todo eso. Espero mucho de tu parte. No voy a permitirte comer mucho. Esto va a empezar despacio: leerás las etiquetas de nutrición, disminuirás la entrada de grasas, la comida basura, los alimentos fritos, etc. Un ratito de ejercicio, será simple: alguna carrera, quizás unas
sentadillas y algunos abdominales. Nada demasiado serio. Quizá pierdas algunos kilos y elimines un poco de gordura de tu panza. Pero no será bastante cuando yo diga que no es suficiente.
Voy a esperar que bajes el consumo de calorías y aumentes el ejercicio físico. Te voy a empujar al límite ¡Tienes que aceptarlo porque no puedes desafiarme! Comienzo a incrustarme en ti. Dentro de poco estaré contigo para siempre.
Estoy ahí cuando te despiertas y corres hacia la balanza. Los números se hacen tanto amigos como enemigos y los pensamientos frenéticos rezan para que estos números sean más bajos que ayer, que anoche, etc. Miras y examinas el espejo con consternación. Pellizcas y empujas la grasa que está ahí y viene la risa cuando encuentras por casualidad un hueso. Estoy ahí cuando calculas el plan durante el día: 400 calorías, ejercicio 2 horas. Yo soy quién calcula eso, porque ahora mis pensamientos y los tuyos se mezclan, juntos son uno. Te sigo a todos lados, todo el día...
Este texto fue extraido de alguna página de internet y viene reflejado en el informe sobre anorexia de la Protégeles que tienen en su zona de prensa.
A mi, la lectura de este texto me ha provocado pesadillas, al fin y al cabo mi hija tiene 9 años y dentro de poco, de demasiado poco, entrará en la adolescencia, edad en la que esta terrible enfermedad mental y física aparece en una de cada doscientas niñas (y dicho porcentaje va aumentando, desgraciadamente).
Se dice que la anorexia y la bulimia es desconocida en el mundo nudista, pero eso no significa que no pueda existir.