El gNudista La Libertad sigue siendo la idea más radical de todas

menu

A veces, sin que uno lo espere, le asalta la belleza.

Eso es lo que me ha pasado esta mañana, me gustaría tener arte con esto de juntar letras para poder expresar lo que sentí en ese momento, pero en fin, aguantaros con lo que hay.

Esta mañana hacía un frio que pelaba (al contrario que en la Caí de Crisei), había algo de niebla y no había nubes, con lo que el sol brillaba con ese brillo otoñal que tan distinto es del de cualquier otra estación del año.

Me dirigía al curro de mis desamores, un edificio feo, gris, que va de moderno pero que no logra quitarse esa repelente aura de ser un edificio administrativo.

Sin embargo, el primer sol de la mañana golpeó los ventanales de la entrada y estos reflejaron los rayos de luz cada uno en una dirección distinta que, junto con la niebla, lograban un juego de luces cuya belleza ha sido capaz de emocionarme, casi parecía un efecto especial de alguna película americana en lugar de la entrada de mi oficina.

Y es que a veces, sin que uno lo espere, le asalta la belleza.