Esta soberana soplapollez la ha soltado un tal Salvador Sostres en el diario Avuí en este delirante artículo que gracias a internostrum paso a poner en una versión traducida a un idioma "hortera":
En Barcelona es muy hortera hablar español, yo sólo lo hablo con la chacha y con algunos empleados. Es de pobres y de horteras, de analfabetos y de gente de poco nivel hablar un idioma que hace este ruido tan espantoso por pronunciar la jota. Estos que no hablan en catalán a menudo tampoco saben inglés, ni francés, ni quien es monsieur Paccaud. Pero no sólo en Cataluña el español es un síntoma de clase baja. El amigo Riera me facilita estos datos de la ONU del 2002. Renta per cápita de Noruega, 36.600 dólares; Dinamarca, 30.940; Islandia, 29.750. Todos tres países riquísimos, con economías internacionalizadas y lenguas más pequeñas que la nuestra pero que las hablan sin complejo. Contra esta absurda creencia que el catalán nos cierra puertas, estos datos lo suficiente elocuentes de si sirve o no sirve una lengua minoritaria. En cambio en el maravilloso mundo hispánico la pobreza es el único dato. La media de los 13 principales países americanos que tienen el español como lengua, contado desde la Argentina, Chile y Méjico en Nicaragua, Honduras y el Ecuador, es de 6.209 escasos dólares de renta per cápita. Cataluña habla catalán y pese al espolio fiscal infligido por una España que no tiene ni la decencia de publicar las cifras del robo, tiene una renta de 26.420 dólares. Debemos *triar [¿encontrar? ¿buscar? ¿imitar?] modelo: Noruega o añadirnos a la caravana de la miseria. Sólo hace falta ver como las zonas más ricas del Estado tienen otra lengua propia: y es evidente que el Estado lo mantenemos, pagando mucho y mucho, los que no hablamos en tercermundista. Es verdad que en español se han escrito páginas de una belleza emocionante, pero el destino de los países que lo hablan ha sido históricamente de una fatalidad irrevocable. Hablar español sí que cierra puertas, y destinos: mira. El independentismo en Cataluña está absolutamente justificado aunque sólo sea por huir de la caspa y de el polvo, de la tristeza de ser español.
Anotación: antes que alguien se le ocurra tirar por ahí, aunque habrá el que lo haga, esto ni es un alegato anticatalanista ni proespañol, sólo la denuncia de UN racista que se merece pública vergüenza, y desde luego, que exista algún gilipollas de este tipo no significa "no al Estatut", cuidadín...
Pd.: ¿Quien es monsieur Paccaud?