Yo no soy imparcial, pero a ver si logro explicar la situación:
Cuando Franco dió su golpe de estado provocó con ello una terrible guerra civil con más de un millón de muertos y cuarenta años de represión, al finalizar la guerra se llevó desde Cataluña (y muchos otros sitios) documentos para ser estudiados y usados en esos cuarenta años de represión.
El caso es que fueron acumulados en Salamanca y allí se quedaron.
Años más tarde Cataluña pidió que parte de su memoria histórica volviese a su tierra, cosa que no hubiera supuesto ningún problema a nadie hace unos años.
A Salamanca dichos papeles no les supone ningún beneficio económico.
Sin embargo desde que el Partido Popular perdió las elecciones ha seguido una política de demagogia extrema, de sembrar el odio, de decir que la democracia no es válida si no ganan ellos y si ganan otros no es democracia de verdad, de hacer llamamientos a la religión y al patrioterismo más rastrero, de inflamar la situación para intentar rascar unos cuantos votos o tal vez cosas peores.
En esta situación, algo tan sencillo como trasladar los originales de unos documentos a su lugar de origen y dejar copias en el archivo de Salamanca se ha convertido en una cuestión de honor patriótico y ha conseguido que otros españoles, los catalanes, se conviertan en los peores enemigos del país.
Y aquí está lo gracioso de la frase, repiten los patrioteros una y otra vez que Cataluña es España pero cuando se trasladan esas pocas cajas que caben en dos furgonetas medianas a Cataluña los patrioteros van y gritan que no quieren que se lleven los papeles fuera de España.
En plan broma se ha hecho un cartel con las caras de los líderes del Pp con el eslogan de "Todos sois el enemigo".
En definitiva, si los papeles se hubieran devuelto, por ejemplo, durante la primera legislatura del Pp seguramente no hubiera sido noticia y en caso de serlo, hubiera sido una noticia celebrada por todos los partidos políticos.
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