Dicho programa, tristemente desaparecido, ahora sólo hay reposiciones, trataba de llevar la ciencia a los niños (y a los no tan niños) de una forma totalmente loca, divertida y con una estética años '80 muy curiosa, aun así, estaba realmente bien.
La respuesta fue más del tipo respiramos oxigeno por que necesitamos oxigeno para respirar, o sea, una respuesta de "cajón de madera", así que intenté explicarle a mi hija de nueve años, a grandes rasgos, la historia de porque respiramos oxígeno.
Como todo cuento, esto empieza con un hace mucho, mucho, pero que muchísimo tiempo, como hace unos tres mil millones de años, la vida acababa de empezar en nuestro planeta y esos bichitos vivían de comer la "sopa primordial", una especie de lodo negro y asquerosito pero ideal para esos primeros seres que crecían junto a pequeños volcanes que hay en los fondos marinos que les daban calor y energía para vivir.
Todo lo bueno se acaba y si hay muchos bichitos comiendo lo mismo, esto se termina y si hay muchos bichitos calentándose, los que están en zonas más pobres y frías se deben buscar la vida.
Existe una cosa que se llama mutación que muchas veces es una cosa mala, te provoca que las cosas no funcionen bien y que tengas enfermedades como el cancer y te mueras, otras veces no sirven para nada, pero ahí están, como los pelirrojos que tienen hierro en el pelo, pero alguna vez, muy rara vez, esa mutación no es mala, sino buena, hace que tengas una ventaja sobre otros y puedas tener más hijos, y estos llevan tu mutación, haciendo que tu familia pueda vivir más y mejor que otras.
Pero volvamos a hace tres mil millones de años, algunos de esos bichos que no eran ricos y vivían en las lujosas chimeneas volcánicas desarrollaron una mutación que fue mejorando con los siglos y que les permitía fabricarse su propio alimento usando lo que tenían a mano, el CO2 del aire, la luz del sol, el agua de los mares pero al hacerlo contaminaron el planeta con una sustancia especialmente venenosa y peligrosa, el oxígeno. Estos bichos fueron las algas azules, los primeros en hacer fotosíntesis -que es como se llama a eso de usar la luz para comer CO2 y soltar oxígeno- y eran los tataratataratatarabuelos de las plantas.
En semejante situación muchos seres vivos murieron con tanto veneno, pero algunos, por mutaciones, habían aprendido a vivir con el oxígeno, es más, lo usaban para quemar la basura que encontraban por ahí, o, lo que es peor, a otros seres vivos, para obtener energía para seguir viviendo.
Hoy en día muchas bacterias siguen viviendo de otros seres vivos, incluida tu misma, provocando que tu garganta esté roja y te duela y tengas fiebre y otras enfermedades, y al igual que tu, muchos de esos primeros seres vivos también lucharon contra esas bacterias, o las matas o mueres, no hay alternativa.
O tal vez si, a veces se llega a una especie de acuerdo y se comparte, no es que sea del agrado de ambas partes, pero a veces no hay más remedio y de vez en cuando, por pura casualidad, dicho acuerdo es beneficioso para los dos, en tus tripas hay muchas bacterias de esas malas que ya no lo son, se alimentan de cosas que a ti no te hacen falta y ellas fabrican sustancias que a ellas le sobran y que a ti te vienen muy bien, como son algunas vitaminas. A esto de compartir y beneficiarse ambos se llama simbiosis.
Esto mismo pasó hace miles de millones de años, unas células querían comerse a otras y esas otras no querían ser comidas, pero al final ni unas ni otras ganaron, se vieron obligadas a vivir juntas, quizá algunas lograron matar a aquellas bacterias parásitas pero resulta que tenerlas era mejor, estas usaban el oxígeno, ese terrible contaminante para obtener energía, demasiada energía, tanta que la célula que las tenía que soportar ahora resulta que podía usar, se acabó el pasar tanta hambre, y encima podían vivir allí donde otros no podían y allí comer la comida que otros no comían debido al veneno que habían fabricados aquellas primeras algas azules y que contaminaba el mundo cada vez más.
Al cabo de unos milloncejos de años esas bacterias parásitas formaban ya parte de las células y se llaman mitocondrias, su historia exacta no es del todo conocida, aunque día a día se va descubriendo como fue y desde luego es mucho más complicada, en esta historia de Evolucionarios nos cuentan detalles muy interesantes sobre estos orgánulos (este es su nombre científico) y su origen.
Volvamos ahora a los bichos que vivían en las chimeneas termales, se tiene comida, se está calentito pero este mundo no es tan maravilloso, hay venenos dispuestos a matarnos y mutación tras mutación inventaron unas sustancias llamadas porfirinas que llevaban el veneno de dentro a afuera, una de esas muy famosa es la hemoglobina, esta quita varios venenos y los llevaba fuera, el cianuro, el oxígeno, el monóxido de carbono, etc... Y mira por donde, lo que servía para quitar venenos, ahora resulta que sirve para llevarlo dentro de si mismos y para alimentar a las mitocóndrias.
Millones de años más tarde, después de muchas mutaciones, de evolucionar en millones de formas de vida, nosotros y casi todos los animales, usamos la hemoglobina para llevar el oxígeno, ese terrible veneno, dentro de nuestro cuerpo, hacía aquellas mitocóndrias que queman glucosa y oxígeno y nos mantiene vivos y nosotros las mantenemos vivas a ellas.
Y no sólo eso, muchos de esos bichos que con luz, agua y CO2 fabricaban alimentos también terminaron dentro de otras células, junto con las mitocóndrias y de ellas evolucionaron las plantas que siguen contaminando el mundo, pero ahora esa contaminación nos encanta.