El pasado 30 de diciembre ETA decidió destruir dos vidas y muchas de nuestras esperanzas. De nuevo los sectores más reaccionarios de nuestra sociedad son los que han salido a la calle tratando de hacer culpables del atentado a quienes hubieran apostado por el diálogo como única forma posible de deshacernos de esta pesadilla. Además de culpar a inocentes, han monopolizado un dolor que no es patrimonio suyo, sino de todos.
No somos culpables por desear la paz. Todo lo contrario.
Por ello urge plantearnos si la sociedad civil va a seguir sin salir a la calle a mostrar que en nuestra sociedad hay una pluralidad de voces y que algunos somos y seremos partidarios de todos los esfuerzos que se hagan por alcanzar la paz y el entendimiento. Para que no haya ni una víctima más. Necesitamos expresar que quienes hemos apostado por el diálogo también sufrimos un inmenso dolor.
¿No vamos a hacer nada? No podemos permitirnos no hacer nada.
¡Pásalo!
Visto en III República y en Escolar.net.