Esta tarde, entre el frio y que la niña está aun recuperándose de una mala gripe, me la he pasado repasando y reparando una máquina de coser Singer que, según el número de serie, fue fabricada entre 1892 y 1893. Gracias a internet he logrado las instrucciones y por fin funciona de nuevo.
Dicha máquina se la compró la abuela de mi mujer de segunda mano (o tercera, o cuarta...) cuando emigró a Bilbao después de pasar verdadera hambre en su pueblo natal, en Málaga. Eran malos tiempos para las mujeres, sin embargo con este invento la cosa empezó a cambiar.
En una conferencia comentaba Félix Ares que los avances tecnológicos son grandes logros para los pobres, los ricos pueden hacerse mucho más ricos con la tecnología, pero a quien beneficia realmente los avances de la ciencia es a los más pobres, y entre los pobres, a las mujeres.
Han sido muchos los factores que han hecho que ahora una mujer pueda ser astronauta, la cultura, la educación, los anticonceptivos, la tecnología y entre ellos una modesta máquina de más de 100 años que, debido a su solidez, sigue funcionando.