Tal día como hoy, hace sesenta años, finalizada la Segunda Guerra Mundial y con el Stalinismo a las puertas se hizo una pequeña pero importante Declaración Universal de los Derechos Humanos la cual derivaba ya de los Derechos de los Ciudadanos y esta de la Revolución Francesa.

Para muchos, casi siempre de lo que llamamos derecha, sólo fue un maquillaje para frenar el comunismo, un maquillaje que, una vez desaparecido este ya no es necesario y según los "liberales" se debería volver a un sistema esclavista con el cual los muy ricos vivían de puta madre.

Se han conseguido muchas cosas, pero sigue Guantánamo, homofobia, tortura, abusos policiales y políticos, se niega la libertad de pensamiento, la religiosa, se sigue discriminando por razón de raza, por sexo, por pensar.

Y quien diga que aquí se está de puta madre que piense en la homofobia Ppera, en la Conferencia Episcopal, en algunas policías autonómicas y locales y, en mi caso concreto, en como los nudistas siguen siendo discriminados en su ideología y en su libertad de expresión por los prejuicios morales de unos obispos franquistas y su brazo ideológico.