[...]el debate sobre la “piratería” no es una reflexión sobre la conveniencia social de autorizar un cierto uso de una tecnología. Es una supuesta lucha entre el Bien y el Mal. Una apelación al más turbio sentido de culpa. Una oscura amenaza de futuro: “viviréis en un mundo sin cultura, mataréis de hambre a los pobres autores”. Curiosa amenaza, especialmente viniendo de las grandes empresas de comunicación, cuyo funcionamiento descansa sobre contratos leoninos de exclusividad, saturación del mercado con productos pseudoculturales cada vez más efímeros, y secuestro de obras que podrían hacer sombra a los títulos seleccionados para ser éxitos. Técnicas que, naturalmente, aniquilan la cultura y matan de hambre a la mayoría de los autores, (aunque convierta en élite a unos pocos).
[...]el P2P es un verdadero desafío al sistema, porque rodea sus imposiciones, recupera títulos que las grandes empresas decidieron enterrar, permiten que el espectador/oyente configure su propio catálogo cultural, fomenta la distribución horizontal, permite una comunicación directa entre el autor y el espectador. En definitiva, revive a la bestia negra de una empresa global de distribución de contenidos: la libertad. Y si no, piensen una cosa: la intención de las grandes empresas no es acabar sólo con las descargas de obras sobre las que tienen derechos. Es acabar con la propia tecnología P2P. Es impedir que los usuarios compartan material audiovisual, incluso libre de derechos.
De nuevo pongo en enlace el artículo original, leedlo.